La enfermedad del ojo seco se asociaba, hasta ahora, a una edad avanzada, pero el uso de pantallas digitales y otros dispositivos electrónicos está derivando en más adultos jóvenes con síntomas y una prevalencia del 30 % en la franja de 18 a 30 años, aunque solo el 5,7 % está diagnosticado.
Así se desprende del primer estudio poblacional sobre prevalencia e impacto de la enfermedad del ojo seco en España (PrevEOS), liderado por el catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense José Manuel Benítez, que revela que la enfermedad está presente en España en uno de cada cinco adultos, pero solo un tercio refiere estar diagnosticado.
El estudio, publicado en la revista internacional ‘The Ocular Surface’, confirma que el uso de pantallas es un factor de riesgo ya que implica fijar la vista durante largos periodos de tiempo, reduciendo el parpadeo y la correcta lubricación lagrimal de la superficie ocular.
Benítez subraya que también comienzan a verse en consulta casos de niños, con edades de 12 a 15 años, con síntomas por uso excesivo de dispositivos electrónicos. Aunque el uso de pantallas digitales es uno de los factores de riesgo, la enfermedad del ojo seco también se asocia a patologías como la diabetes o el glaucoma, al consumo de antihistamínicos, retinoides o fármacos con dopamina, a todas las cirugías oculares e incluso al uso de lentes de contacto.
El estudio también destaca que, aunque el uso de pantallas es uno de los principales culpables del aumento de la enfermedad del ojo seco, los hábitos de vida actuales, como la falta de sueño y el estrés, también influyen en la aparición de esta condición. La constante exposición a la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos puede alterar el ritmo circadiano, generando fatiga ocular y, con el tiempo, sequedad. Por lo tanto, es crucial no solo tratar los síntomas cuando ya se presentan, sino también adoptar medidas preventivas, como pausas frecuentes en el uso de pantallas, la práctica de parpadear conscientemente y la mejora en la calidad del sueño, para reducir los efectos negativos en la salud ocular.