Las autoridades sudafricanas, al recibir el reporte el 27 de febrero, intervinieron remotamente para mediar en la situación. El supuesto agresor, quien mostró remordimiento y cooperó voluntariamente, fue evaluado psicológicamente. Las acusaciones están siendo investigadas, pero las identidades de las personas involucradas no han sido reveladas.
El equipo de investigación, compuesto por nueve miembros, permanece aislado en la base SANAE IV en condiciones extremas del invierno antártico, que dura seis meses de oscuridad. La base está ubicada a más de 4,000 kilómetros de Sudáfrica y no se prevé su evacuación hasta la próxima visita de suministros en diciembre.
Este incidente resalta los riesgos emocionales y psicológicos del aislamiento extremo en misiones científicas remotas, como se evidenció también en otros casos previos en bases sudafricanas.