En la antesala de las semifinales de la Liga de Naciones de la CONCACAF, los entrenadores de las cuatro selecciones participantes coincidieron en que el fútbol debe mantenerse al margen de los eventos geopolíticos que actualmente agitan las relaciones entre sus países. El torneo, que se lleva a cabo en el SoFi Stadium, llega en un momento de tensiones políticas, incluidas las disputas arancelarias entre Estados Unidos, México y Canadá.
Mauricio Pochettino, técnico de Estados Unidos, fue claro al afirmar que no se deben mezclar la política y el deporte. "No es porque no quiera hablar. Tengo mis ideas. Pero represento a la federación, y no quiero hablar de política", dijo el argentino, quien asumió el cargo hace seis meses tras dirigir a equipos como Tottenham, Paris Saint-Germain y Chelsea.
Jesse Marsch, entrenador de Canadá, también minimizó el impacto de las tensiones políticas en el torneo. "No voy a entrar en política en este momento. Tengo mucha esperanza de que este torneo pueda ser el mejor reflejo de nuestras sociedades, en el sentido de que no tenemos que perder tiempo abucheando himnos y enredándonos en política, y podemos centrarnos en los jugadores y los equipos y apoyar el amor por el juego", expresó Marsch.
El técnico estadounidense-canadiense ya había hablado el mes pasado sobre las tensiones entre ambos países, calificando como "inquietante y, francamente, insultante" la retórica de Estados Unidos hacia Canadá. "Como estadounidense, me da vergüenza la arrogancia y el desprecio que hemos mostrado hacia uno de nuestros aliados históricamente más antiguos, fuertes y leales", agregó.
Thomas Christiansen, entrenador de Panamá, también se sumó al llamado de mantener la política fuera del fútbol. "No es un plan de motivación, hablar de política. Hablar de la política no es mi trabajo. Si quieres hablar de fútbol, de sistemas, tácticas, está bien, pero la política no", dijo el danés, quien dirige a Panamá desde 2020.
Por su parte, el técnico de México, cuyo nombre no se menciona en el texto, también evitó referirse a las tensiones políticas, centrándose en preparar a su equipo para el duelo contra Canadá en las semifinales.
El jueves, Estados Unidos enfrentará a Panamá en la primera semifinal, mientras que Canadá se medirá a México en el segundo partido de la noche. El duelo por el campeonato está programado para el domingo por la noche, en un escenario que promete emociones futbolísticas sin distracciones políticas.
Los entrenadores coincidieron en que el fútbol es una herramienta poderosa para unir a las personas y que este torneo debe ser una celebración del deporte, dejando de lado las diferencias geopolíticas.