La poesía, según el diccionario, es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa. A lo largo de la historia, los poetas han intentado definirla. Rabindranath Tagore la describió como “el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”, mientras que Dalmiro Sáenz la llamó “la sublevación del hombre contra la razón”. Pero, ¿cómo comenzó todo?
Los registros más antiguos de poesía escrita se remontan a los jeroglíficos egipcios de hace aproximadamente 25 siglos antes de Cristo. Estos textos ancestrales incluyen cantos de labor y religiosos, mostrando cómo la poesía servía para unir lo mundano y lo trascendente. Estas primeras manifestaciones no solo reflejaban la vida cotidiana y las creencias espirituales, sino que también funcionaban como herramientas para transmitir conocimientos y tradiciones.
Una de las obras más emblemáticas de la poesía antigua es el Poema de Gilgamesh, una epopeya sumeria escrita alrededor del año 2000 a. C. en tablillas de arcilla con caracteres cuneiformes. Este texto, considerado uno de los primeros relatos épicos de la humanidad, narra las aventuras del rey Gilgamesh y aborda temas universales como la amistad, la mortalidad y la búsqueda de la inmortalidad.
En la antigua Grecia, la poesía alcanzó un desarrollo significativo con obras como la Ilíada y la Odisea, atribuidas al poeta Homero. Estas epopeyas, que datan de aproximadamente ocho siglos antes de Cristo, se transmitieron inicialmente de forma oral, acompañadas por instrumentos musicales, lo que facilitaba su memorización y difusión.
La poesía lírica griega también floreció con figuras como Hesíodo, quien abordó temas de la vida cotidiana en Los trabajos y los días, y Safo, cuyas odas y canciones nupciales, aunque fragmentarias, han dejado un legado perdurable. Anacreonte, por su parte, celebró el vino y la juventud en sus composiciones breves.
La influencia de la poesía griega se extendió a la antigua Roma, donde poetas como Virgilio, Catulo, Horacio y Ovidio adoptaron y adaptaron las formas y temas griegos. La Eneida de Virgilio, por ejemplo, es considerada la primera gran obra de la literatura latina, mientras que Ovidio dejó un legado significativo con Las metamorfosis.
A medida que las civilizaciones se desarrollaron, la poesía continuó evolucionando, reflejando las particularidades de cada cultura, sus miedos, alegrías y sueños. Como dijo León Daudí, “los poetas son hombres que han conservado sus ojos de niño”, manteniendo una mirada curiosa y atenta que descubre lo extraordinario en lo cotidiano.
Aristóteles afirmó que “en la poesía hay más verdad que en la historia”. Quizás por eso, la poesía sigue siendo un refugio y una fuente de inspiración para la humanidad, un arte que nos conecta con lo más profundo de nuestra existencia y nos salva, una y otra vez, a través de sus palabras.