Por Redacción Contra Réplica

El pez borrón: El "más feo del mundo" que lucha por sobrevivir en las profundidades

Con su rostro gelatinoso y aspecto derretido, esta especie de aguas profundas ganó un título peculiar para alertar sobre su conservación.

En las profundidades del océano, entre los 600 y 1,200 metros bajo la superficie, habita un animal que desafía los cánones de belleza: el pez borrón (Psychrolutes marcidus). Con su cuerpo viscoso, facciones caídas y expresión de perpetuo desencanto, este habitante de las costas de Australia y Nueva Zelanda acaba de ser coronado como el "animal más feo del mundo" por la organización Mountains to Sea Conservation Trust —un título que busca visibilizar su vulnerabilidad.

El pez, que superó por 300 votos al pez reloj anaranjado en la votación, es un ícono de la Ugly Animal Preservation Society, que desde hace una década lo adoptó como símbolo de especies poco carismáticas pero ecológicamente cruciales. "Su apariencia es solo un recordatorio de que la biodiversidad no gira en torno a lo que nos parece lindo", explica la bióloga marina Erin Spencer.

A diferencia de su aspecto deforme en la superficie —donde la falta de presión expande su tejido gelatinoso—, en su hábitat natural el pez borrón se mueve con facilidad gracias a su densidad similar al agua. Se alimenta de moluscos y crustáceos, pero enfrenta una amenaza mortal: la pesca de arrastre, que lo arrastra accidentalmente hacia aguas menos profundas, donde su cuerpo no sobrevive.

El reconocimiento busca impulsar su protección. "Es una especie indicadora de la salud del ecosistema marino profundo", advierte el conservacionista Mike Bhana. Pese a su fama de "horrendo", el pez borrón es ahora un emblema de la lucha por la diversidad —y prueba de que hasta lo más insólito merece un lugar en el planeta—.

¿Sabías que...?

  • Fue votado como mascota oficial de la Sociedad para la Preservación de Animales Feos en 2013.

  • Su cuerpo gelatinoso le permite soportar presiones 120 veces mayores que las de la superficie.

  • En 2018, un ejemplar apareció en una playa de Indonesia y se viralizó como "el pez más triste del mundo".