Con la llegada del calor, los perros pueden sufrir deshidratación debido a las altas temperaturas, lo que pone en riesgo su bienestar. A diferencia de los humanos, los canes no sudan por todo el cuerpo, regulando su temperatura mediante las almohadillas de sus patas y el jadeo, lo que los hace más propensos al sobrecalentamiento.
Señales de alerta:
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Jadeo excesivo y prolongado.
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Encías secas o pegajosas.
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Letargo y ojos hundidos.
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Pérdida de elasticidad en la piel (prueba del pliegue).
Si tu mascota presenta estos síntomas, llévala a un lugar fresco y ofrécele agua en pequeñas cantidades. En casos graves, como vómitos o diarrea, acude de inmediato al veterinario.
Además, evita exponerlo al sol por tiempos prolongados, nunca lo dejes encerrado en el auto y considera el uso de sueros orales veterinarios para reponer electrolitos.
Recuerda: la prevención es clave. Mantén siempre agua fresca disponible y supervisa su estado de salud durante esta temporada.