En una nueva escalada del conflicto, Rusia lanzó la pasada noche 117 drones kamikaze contra diversas regiones de Ucrania, incluyendo Krivi Rig y Sumi, causando daños significativos en infraestructuras civiles e industriales. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó enérgicamente estos ataques, señalando que demuestran la falta de interés de Moscú en alcanzar una paz genuina.
Zelenski destacó que estos bombardeos masivos, realizados tras negociaciones para un alto el fuego, evidencian que Rusia no busca una solución pacífica al conflicto. Según informes, las defensas aéreas ucranianas lograron derribar 56 de los drones lanzados, mientras que otros 48 fueron neutralizados mediante guerra electrónica.
El mandatario ucraniano hizo un llamado a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, para que imponga sanciones más severas contra Rusia. Subrayó la necesidad de ejercer una presión clara y acciones contundentes para detener los ataques rusos y avanzar hacia una paz duradera.
Este reciente ataque se produce en medio de acusaciones mutuas entre Rusia y Ucrania sobre violaciones de una tregua energética acordada con la mediación de Estados Unidos. Ambas naciones se culpan de incumplir el cese de hostilidades, lo que complica aún más los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto.