Tomar agua al despertar es un hábito saludable que ayuda a rehidratar el cuerpo, activar el metabolismo y mejorar la digestión. Sin embargo, un error frecuente —beberla fría— podría tener efectos negativos en el sistema digestivo, según expertos.
Estudios indican que el agua a baja temperatura contrae los vasos sanguíneos y solidifica las grasas de los alimentos, dificultando la digestión y la absorción de nutrientes. En cambio, el agua tibia o a temperatura ambiente estimula la circulación y favorece la eliminación de toxinas, de acuerdo con la medicina ayurvédica.
Prefiere agua tibia o natural para facilitar su procesamiento.
Bebe pequeños sorbos, no grandes cantidades de golpe.
Añade limón o jengibre para potenciar sus beneficios digestivos e inmunológicos.
Espera 15-30 minutos antes de desayunar para una mejor absorción.
Aunque hidratarse en ayunas es benéfico, la temperatura y la forma de hacerlo son clave para aprovechar sus ventajas sin afectar el bienestar digestivo.