En marzo, las fábricas de diversas regiones, desde Japón hasta el Reino Unido, experimentaron una disminución en su actividad. Este enfriamiento en la producción se atribuye a que las empresas se preparan para los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, buscando mitigar el impacto en sus cadenas de suministro y costos operativos.
El presidente Donald Trump implementó recientemente un arancel del 25% sobre productos importados de México y Canadá, además de un 10% a aquellos provenientes de China. Estas medidas, que entraron en vigor el 1 de febrero, han generado incertidumbre en los mercados y preocupación entre los socios comerciales de EE.UU.
La industria automotriz se ha visto especialmente afectada, dado que México y Canadá son proveedores clave de vehículos y autopartes para el mercado estadounidense. Los aranceles podrían elevar los precios de los automóviles en hasta $3,125 por unidad, afectando tanto a fabricantes como a consumidores.
Además, sectores como el petróleo y los alimentos también enfrentan desafíos debido a estas políticas comerciales. Por ejemplo, las exportaciones petroleras de Venezuela cayeron un 11.5% en marzo, en parte por los aranceles secundarios impuestos por EE.UU. Estos cambios reflejan la compleja dinámica económica global en respuesta a las nuevas tarifas arancelarias.