Por Redacción Contra Réplica

El consumo eléctrico de los centros de datos se duplicará con creces para 2030, impulsado por la inteligencia artificial

El aumento de la demanda energética pone en riesgo los esfuerzos por reducir las emisiones de CO2, aunque se prevé que las energías renovables jueguen un papel clave.

El consumo eléctrico de los centros de datos, impulsado por el auge de la inteligencia artificial (IA), experimentará un aumento exponencial de aquí a 2030, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicado este jueves. En la actualidad, estos centros representan aproximadamente el 1.5% del consumo eléctrico mundial, equivalente a 415 teravatios-hora (TWh), y se espera que esta cifra se duplique con creces para alcanzar los 945 TWh en 2030.

Este crecimiento está principalmente impulsado por la expansión de la IA generativa, que requiere enormes capacidades de procesamiento de datos. Con una mayor concentración de centros de datos en regiones como Estados Unidos, Europa y China, que representan alrededor del 85% del consumo total, la demanda energética de estas instalaciones plantea desafíos significativos en términos de infraestructura eléctrica.

El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, destacó que en países como Estados Unidos, casi la mitad del crecimiento de la demanda eléctrica en los próximos años estará vinculado a los centros de datos. Esto genera una creciente preocupación sobre el suministro de electricidad y la sostenibilidad del sector.

Además, la AIE advierte que la expansión de los centros de datos provocará un aumento en las emisiones de CO2, que podrían pasar de 180 millones de toneladas en la actualidad a 300 millones de toneladas en 2035. Sin embargo, las emisiones de los centros de datos seguirían siendo una pequeña fracción (menos del 1.5%) de las emisiones globales del sector energético. La AIE señala que las energías renovables, como la eólica y la solar, junto con el almacenamiento en baterías, serán esenciales para mitigar este impacto.

A pesar de las oportunidades que ofrece la IA para mejorar la eficiencia energética, la AIE se muestra cautelosa, advirtiendo que los efectos negativos de un mayor consumo de combustibles fósiles podrían contrarrestar los beneficios esperados de la innovación tecnológica.