Por Redacción Contra Réplica

El viacrucis: tradición religiosa que trasciende la fe y se convierte en expresión cultural

Esta práctica de Semana Santa combina oración, arte y representación colectiva en muchos países del mundo

Durante la Semana Santa, millones de fieles participan en el viacrucis, una tradición profundamente arraigada que representa el camino que recorrió Jesús hacia su crucifixión. Aunque tiene un carácter litúrgico, en muchos países se ha transformado en una manifestación artística, cultural y turística de gran impacto.

El viacrucis consta de 14 estaciones, que narran los episodios más significativos de la pasión de Cristo, desde su condena hasta su sepultura. Cada estación incluye una lectura, una reflexión y una oración, y en numerosas comunidades se lleva a cabo con representaciones en vivo, a menudo en las calles, convirtiéndose en verdaderos montajes teatrales al aire libre.

Esta tradición se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando los peregrinos recorrían los pasos de Jesús en Jerusalén. Con el paso del tiempo, la Iglesia Católica adaptó el rito para que pudiera realizarse en cualquier parte del mundo, instalando estaciones simbólicas en iglesias y espacios públicos.

Uno de los viacrucis más reconocidos es el de Iztapalapa, en la Ciudad de México, que reúne a más de un millón de personas cada año y ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible. A través del arte, la escenografía y la música, esta tradición permite a los creyentes reflexionar sobre la fe, el sufrimiento y la esperanza, al tiempo que se convierte en un acto de identidad colectiva.