La inteligencia artificial ha llegado a terrenos insospechados, y uno de los más curiosos es el mundo del tarot. Cada vez más personas están utilizando herramientas como ChatGPT para hacer lecturas personalizadas de cartas, combinando el simbolismo tradicional con la rapidez y creatividad de una IA. Aunque no tiene intuición humana, su capacidad para generar narrativas ha hecho que muchos disfruten esta experiencia como un ejercicio de autoconocimiento.

Pedir una lectura de tarot a ChatGPT es muy simple: basta con escribirle un mensaje como “¿Puedes actuar como un tarotista profesional y tirar las cartas para mí?”. La IA solicitará algunos datos como el tipo de lectura (general, amor, trabajo, salud), el formato de tirada (tres cartas o cruz celta), e incluso un nombre o apodo opcional para personalizar la experiencia. A partir de ahí, entregará una interpretación estructurada del pasado, presente y futuro, basada en significados tradicionales.

Aunque estas lecturas no tienen una base esotérica real, pueden ser útiles como ejercicio simbólico o reflexión personal. Es importante recordar que la IA no posee emociones ni conexión energética con el usuario, por lo que las respuestas deben tomarse como una actividad lúdica. Aun así, para muchos, representa una manera divertida y diferente de mirar sus preocupaciones o decisiones desde otra perspectiva.

Para quienes deseen profundizar la experiencia, pueden usar mazos físicos como el Tarot Rider-Waite, el de Marsella o el Tarot de Toth. La elección del mazo dependerá del estilo que más conecte emocionalmente con cada persona. A fin de cuentas, el tarot, ya sea físico o digital, sigue siendo una herramienta que ha evolucionado desde sus orígenes en la Italia del siglo XV hasta convertirse en una forma moderna de introspección.