En su profundo análisis sobre las constituciones en Hispanoamérica, Santiago Muñoz Machado revela las tensas contradicciones entre los ideales democráticos de la Ilustración y la cruda realidad política que, desde la independencia, ha marcado el destino de muchos países latinoamericanos. Las primeras cartas magnas, nacidas con la intención de crear gobiernos para el bien común, instituciones firmes y una democracia basada en la división de poderes, rápidamente chocaron con un panorama marcado por el caudillismo, la anarquía y los conflictos territoriales.
Las constituciones de la época, inspiradas por los grandes pensadores de la Ilustración como Montesquieu, Voltaire y Rousseau, pretendían reflejar una modernidad que los nuevos países de Hispanoamérica aún no lograban materializar. Los territorios aún sin definir, las lenguas múltiples y la amenaza constante de la anarquía llevaron a que las cartas magnas fueran vistas más como una utopía que como una realidad alcanzable.
Muñoz Machado describe cómo, en lugar de consolidarse como naciones democráticas, muchos de los países recién independizados cayeron en manos de caudillos que, lejos de adherir a los principios constitucionales, usaron el poder para sus propios fines. Ejemplos como los de Iturbide en México o Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay son reflejos de cómo los ideales de libertad se desvirtuaron en regímenes autoritarios y dictaduras.
Este fenómeno, que comenzó en el siglo XIX, persiste hasta el día de hoy en algunos países de la región. En Nicaragua, por ejemplo, la constitución de 2025 ha eliminado el concepto de división de poderes y concentrado el poder en una presidencia bicéfala, mostrando que las promesas de democracia y libertad continúan siendo un espejismo, alimentado por un sistema que persiste en no cumplir sus propias leyes.
Así, la historia de las constituciones en Hispanoamérica es una historia de revoluciones mal gestionadas, de sueños de libertad que se convirtieron en pesadillas autoritarias y de un ciclo interminable de frustración política, donde la utopía de la democracia sigue siendo un mito.