Los países que integran la Organización Mundial de la Salud (OMS) alcanzaron un consenso histórico al aprobar un acuerdo que busca reforzar la preparación y respuesta global ante futuras pandemias. Este avance, considerado un parteaguas en la diplomacia sanitaria internacional, se logró durante una sesión maratónica celebrada en Ginebra y será discutido formalmente en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, celebró el acuerdo como un acto de unidad en medio de un panorama geopolítico fragmentado. Subrayó que esta decisión representa una muestra clara de que el multilateralismo puede prevalecer, aun en un escenario global marcado por divisiones y desafíos sanitarios. “Las naciones del mundo han hecho historia hoy”, expresó.
El acuerdo busca establecer bases sólidas para prevenir futuras emergencias sanitarias, promover la cooperación internacional, compartir datos de manera oportuna y fortalecer los sistemas de salud pública. La necesidad de este tratado se intensificó tras las lecciones de la pandemia de COVID-19, que dejó en evidencia las debilidades estructurales de numerosos países frente a crisis de salud global.
Las discusiones finales ocurrieron en un entorno tenso, con Estados Unidos aún afectado por decisiones previas tomadas durante la administración de Donald Trump, quien llegó a retirar al país de la OMS y amenazó con medidas proteccionistas en el ámbito farmacéutico. A pesar de ese contexto, el acuerdo representa un triunfo para la diplomacia sanitaria y un paso hacia un mundo mejor preparado ante futuras amenazas epidémicas.