Después de intensas negociaciones que se extendieron por tres años, los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron un acuerdo histórico para enfrentar futuras pandemias, el cual será sometido a ratificación en la próxima Asamblea Mundial de la Salud en mayo.
El anuncio se dio en las primeras horas del miércoles, y fue celebrado por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien afirmó que el consenso alcanzado demuestra que, en un mundo dividido, las naciones aún pueden trabajar juntas para enfrentar amenazas comunes.
El acuerdo, de 32 páginas, incluye medidas clave como la transferencia de tecnología en salud pandémica, uno de los temas más debatidos. Finalmente, se logró un consenso bajo el principio de que dicha transferencia se realizará “de mutuo acuerdo”, en un intento por equilibrar los intereses de países en desarrollo y aquellos con industrias farmacéuticas poderosas.
Este pacto surge en un contexto marcado por la memoria del COVID-19, que dejó millones de muertes y profundas crisis económicas. Además, crece la preocupación por nuevas amenazas sanitarias como la gripe aviaria, el sarampión y el ébola.
Aunque Estados Unidos se retiró de las negociaciones bajo la orden del presidente Donald Trump, el resto de los países miembros avanzaron en conjunto. Tedros calificó el texto como “bueno, balanceado y justo”, y aunque reconoció que la prevención implica altos costos, advirtió que “el costo de la inacción es mucho mayor”.
“El virus es el peor enemigo, puede ser peor que una guerra”, concluyó.