Por Cindy Palencia

Impugnan estudiantes extranjeros revocación de visas tras protestas en universidades de EE. UU.

Más de un centenar de jóvenes de distintos países exigen ante la justicia estadounidense la restitución de su estatus académico tras ser señalados sin fundamento por las autoridades migratorias.

Una ola de inconformidad ha llegado a los tribunales federales en Georgia, donde 133 estudiantes internacionales han presentado una demanda contra el gobierno estadounidense, luego de que se les retirara de manera inesperada su estatus académico. La acción legal acusa al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de haberlos eliminado de la base oficial de estudiantes extranjeros, a pesar de contar con visas vigentes y válidas para residir y estudiar en el país.

Los estudiantes, originarios en su mayoría de India, China y Colombia, aseguran que la cancelación no solo truncó su formación académica, sino que también los dejó en una situación vulnerable, al borde de la detención y la deportación. Algunos de ellos incluso fueron erróneamente clasificados como personas con antecedentes penales, según los documentos presentados ante la corte. Por miedo a represalias, varios han optado por mantener el anonimato en el proceso legal.

La situación se desarrolla en un contexto tenso en el que cientos de estudiantes han reportado la pérdida de sus visas en las últimas semanas. De acuerdo con reportes de medios internacionales, estas revocaciones coinciden con la participación de algunos de los afectados en protestas en defensa de Palestina, organizadas en universidades como Harvard y Columbia. Paralelamente, la administración del expresidente Donald Trump ha intensificado los señalamientos contra estas instituciones, acusándolas de albergar discursos radicales.

En su demanda, los jóvenes exigen ser reincorporados al sistema de registro SEVIS y que se les restituya su estatus legal, lo que permitiría continuar con sus estudios y empleos. El caso ha encendido las alarmas entre organizaciones académicas y defensoras de derechos civiles, que temen que estas medidas disuadan a futuros estudiantes extranjeros y pongan en entredicho la libertad de expresión en las universidades de Estados Unidos.