El Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado el 22 de abril, se ha convertido en una de las fechas más relevantes en el calendario ambiental. Más allá de ser una ocasión para plantar árboles o hablar sobre reciclaje, es un recordatorio global de los daños causados al planeta y el compromiso necesario para revertirlos. Aunque la ONU lo instauró oficialmente en 2009, el origen de esta fecha remonta a 1970, cuando el senador Gaylord Nelson organizó una manifestación que reunió a millones de personas en los Estados Unidos, exigiendo medidas contra la contaminación y la protección de la biodiversidad.
Hoy, más de 150 países participan en esta jornada con actividades que promueven la sostenibilidad y la conciencia ambiental, siendo la crisis climática y la pérdida de biodiversidad temas centrales. Con el mensaje de António Guterres, secretario general de la ONU, de "hacer las paces con la naturaleza", el Día de la Tierra no solo es simbólico, sino una invitación a transformar nuestras decisiones diarias por un futuro más sostenible.