La madrugada del 8 de abril, el techo de la discoteca Jet Set colapsó durante un concierto del merenguero Rubby Pérez, provocando la muerte de 232 personas y más de 260 heridos, en una de las peores tragedias civiles en la historia del país.
Antonio Espaillat, gerente del establecimiento, reconoció que el edificio presentaba filtraciones desde su adquisición en los años 80 y que nunca fue inspeccionado por las autoridades. “Siempre hubo filtración. Incluso, cuando lo compramos a finales de los años 1980 tenía filtraciones”, declaró Espaillat en entrevista con Telesistema.
El gobierno dominicano ha iniciado una investigación para esclarecer las causas del colapso, que según expertos pudo deberse a una sobrecarga estructural y falta de fiscalización. Entre las víctimas se encuentran figuras destacadas como el cantante Rubby Pérez, los exbeisbolistas Octavio Dotel y Tony Blanco, y la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz.
Familiares de al menos tres fallecidos han presentado demandas por homicidio involuntario contra los propietarios de la discoteca. Las autoridades han inmovilizado bienes de empresas vinculadas a Espaillat como medida cautelar.
El presidente Luis Abinader expresó sus condolencias y anunció que el Ministerio de Vivienda trabaja en un proyecto de ley para regular la inspección de edificaciones privadas.