Gobiernos de países como Guatemala, El Salvador, Honduras y Colombia han solicitado formalmente al gobierno de México redoblar esfuerzos en la búsqueda de miles de migrantes extranjeros desaparecidos en los últimos años. La presión internacional ha cobrado fuerza tras el hallazgo reciente de restos humanos en Jalisco, en un presunto campo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), donde se presume habría víctimas extranjeras.
Diplomáticos de estos países han hecho llegar exhortos a la administración de Claudia Sheinbaum, en los que reconocen avances pero exigen mayor colaboración con colectivos y familiares de víctimas. Aunque el Registro Nacional de Personas Desaparecidas reporta más de mil extranjeros no localizados, organizaciones como la OIM y el Equipo Argentino de Antropología Forense estiman cifras que superan los cinco mil y hasta los nueve mil casos.
Casos como el de Minerva, una mujer guatemalteca que gastó sus ahorros para buscar en Michoacán a su hermano Rodolfo —desaparecido en 2022 cuando intentaba llegar a Estados Unidos— evidencian la falta de apoyo institucional. “Nos dijeron que tenemos que ser nosotros quienes lo busquemos”, relató Minerva, quien asegura que la búsqueda ha sido desgastante y sin resultados por parte de las autoridades mexicanas.
La situación fue abordada recientemente en la Cumbre de la CELAC, donde el presidente guatemalteco Bernardo Arévalo y su homólogo colombiano Gustavo Petro pidieron a Sheinbaum reforzar las acciones de búsqueda. Por su parte, el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU anunció que abrirá un proceso sobre desapariciones forzadas en México, lo que fue rechazado por el gobierno federal, que responsabiliza al crimen organizado de estos delitos sistemáticos.