El gusano barrenador, una plaga que ya había sido erradicada en años anteriores, ha vuelto a representar un riesgo sanitario importante en el sur de México. Desde el inicio de 2025, autoridades han reportado casos de infestación por este parásito en estados como Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, donde se ha detectado su presencia tanto en animales como en personas, lo que genera preocupación entre productores y especialistas en salud.
La enfermedad causada por este insecto, conocida como miasis, ocurre cuando las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax penetran en heridas abiertas de animales, alimentándose del tejido vivo y generando lesiones profundas. Este tipo de mosca puede detectar el olor de la sangre a varios metros de distancia, depositando entre 200 y 300 huevos por vez, los cuales eclosionan en tan solo 24 horas, iniciando un proceso de infestación veloz y altamente destructivo.
Además de su impacto económico en la industria ganadera, la miasis representa un riesgo sanitario para los seres humanos, especialmente en personas con heridas desprotegidas, sistemas inmunológicos comprometidos o que han sido sometidas a cirugías recientes. La posibilidad de infestación humana, aunque menos común, está documentada y requiere atención inmediata para evitar complicaciones graves.
Las autoridades sanitarias han reforzado las medidas preventivas, exhortando a la población a cubrir y desinfectar cualquier herida, usar repelentes, ropa adecuada y proteger viviendas con mallas. También recomiendan evitar el contacto con animales enfermos y acudir a servicios médicos o veterinarios ante cualquier síntoma sospechoso. La prevención y la detección temprana son claves para contener el avance del gusano barrenador y mitigar su impacto en la salud y la economía de la región.