Durante los últimos tres días, alrededor de 150 mil fieles se han acercado a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje al papa Francisco, quien falleció a los 88 años. La capilla ardiente, instalada en la sala del Vaticano, permaneció abierta hasta el mediodía del viernes, un día antes de su funeral oficial, permitiendo que los devotos pudieran dar su último adiós en un acto solemne de recogimiento y respeto.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que la multitud fue constante durante las horas de visita, un reflejo de la profunda conexión que el pontífice argentino mantuvo con los fieles de todo el mundo. La capilla cerró sus puertas al público a las 19:00 horas del viernes, momento en que comenzó el rito privado de cierre del féretro, un paso previo a las exequias que se celebrarán en la plaza de San Pedro el sábado.
Se espera que más de 200 mil personas participen en el funeral, entre las que se encuentran 130 delegaciones internacionales, incluidos líderes como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los reyes de España, Felipe VI y Letizia. Las autoridades italianas han emitido un aviso de seguridad para los residentes de Roma, con el cierre de la Plaza de San Pedro a partir de las 17:00 horas locales, para facilitar el desarrollo de la ceremonia.
El cuerpo del papa será trasladado en cortejo solemne hasta la basílica de Santa María La Mayor, donde descansará eternamente cerca de la capilla que alberga la Virgen "Salus Populi Romani", a la que el papa Francisco dedicó especial devoción. La tumba del pontífice será sencilla, con una losa de mármol y una reproducción en plata de su cruz pectoral. El periodo de luto continuará con las ceremonias y oraciones del "Novendiales", mientras que el cónclave para elegir a su sucesor se llevará a cabo antes del 10 de mayo.