El paludismo, también conocido como malaria, es una enfermedad infecciosa transmitida por la picadura del mosquito anopheles hembra, y aunque en San Luis Potosí no se han registrado casos autóctonos desde 2017, las autoridades sanitarias mantienen vigilancia constante ante el riesgo de reaparición por factores ambientales. Así lo dio a conocer el Ing. Juan Manuel Mata Rivera, jefe del Departamento de Vectores de los Servicios de Salud del estado.
Mata Rivera explicó que la transmisión solo ocurre cuando un mosquito pica a una persona infectada y luego a otra susceptible, por lo que se requiere una cadena específica para que el parásito del género plasmodium continúe su propagación. En el primer trimestre del año, se intervinieron 17 localidades con acciones preventivas en más de 37 mil metros de cuerpos acuáticos, beneficiando a alrededor de 45 mil 500 familias.
Los mosquitos anopheles depositan sus huevos en aguas limpias y estancadas, como orillas de ríos, zanjas o lagunas, lo que convierte a ciertas zonas del estado en puntos críticos. Por ello, el funcionario hizo un llamado a la población a colaborar en la limpieza de estos sitios y protegerse individualmente mediante el uso de repelente, prendas de manga larga y colores claros, además de mantener la higiene personal.
Finalmente, Mata Rivera recordó que el término “malaria” proviene del italiano mal’aria, en alusión al “mal aire” de los pantanos, creencia común en el siglo XIX. A pesar del avance en salud pública, el riesgo persiste y la vigilancia epidemiológica sigue siendo clave para evitar que esta enfermedad vuelva a impactar a la población potosina.