Dos años después de interponer una denuncia por acoso sexual y sicológico contra sus entrenadores, Haramara Gaitán, ex seleccionada nacional de bádminton, comienza a ver justicia. El Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte de Nuevo León (INDE) separó de sus cargos a Marco Antonio Garrido Esquivel y Marco Antonio Garrido Salazar, decisión celebrada por la atleta, su esposo, el lanzador Diego del Real, y su equipo legal.
“Me da mucha fuerza saber que ya no afectarán a más personas”, expresó Gaitán, quien agradeció a legisladores y al gobernador por su respaldo. La atleta había sido contrademandada por difamación en 2022, enfrentó un proceso legal y fue vetada de instalaciones deportivas, lo que la obligó a frenar su carrera. Vivió meses de insomnio, miedo a ser encarcelada y un duelo por alejarse del deporte que ha practicado desde los 10 años.
La medallista centroamericana y panamericana se quedó a un paso de clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, proceso que vivió bajo tensión emocional. “En los torneos, al regresar el gallito, me venían flashazos de lo sucedido y fallaba. Los últimos meses de mi carrera no los viví como hubiera deseado”, compartió.
Aunque la Fiscalía de Nuevo León ya se retractó de la acusación en su contra, ninguna autoridad del Comité Olímpico Mexicano ni de la CONADE se ha acercado a ofrecerle apoyo. Gaitán espera que su caso impulse la creación de protocolos eficaces que protejan a las víctimas y eviten represalias por atreverse a denunciar.
