Este miércoles, las calles de la Ciudad de México serán escenario de múltiples movilizaciones obreras con motivo del Día Internacional del Trabajo, en una jornada marcada por exigencias históricas que aún siguen pendientes en la agenda legislativa y gubernamental.
Entre las principales demandas de los sindicatos destacan la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, el pago de pensiones con base en el salario mínimo en lugar de la UMA, así como la eliminación de impuestos al aguinaldo y otras prestaciones económicas. A ello se suma la exigencia de duplicar el aguinaldo de 15 a 30 días para el sector privado, propuesta impulsada por la Confederación Obrera Mexicana (CROM).
Sin embargo, la manifestación no estará exenta de obstáculos. Las organizaciones obreras, particularmente la Asociación General de los Trabajadores (AGT) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), señalaron que las estructuras montadas para el festejo del Día del Niño en el Zócalo impedirán el tradicional mitin en la plancha central, por lo que se instalará un templete improvisado a un costado de la Catedral Metropolitana para permitir la lectura de posicionamientos.
Rodolfo González, secretario general de la CROM, lamentó la falta de respuesta oficial para facilitar el acceso y reconoció que la fragmentación sindical ha debilitado la capacidad de movilización del sector: “Estamos desperdigados y no hemos tenido la capacidad de organizarnos”, señaló.
En paralelo, agrupaciones como la Nueva Central de Trabajadores y la CNTE partirán del Ángel de la Independencia y reiterarán sus exigencias de abrogar las reformas al ISSSTE de 2007 y la educativa de Peña Nieto. Por su parte, el Frente Nacional Por Las 40 Horas anunció que ha promovido un amparo judicial para presionar al Congreso a aprobar la reducción de la jornada laboral, asegurando que “solo falta voluntad política” para concretar esta reforma que ya cuenta con seis iniciativas listas para su discusión.
La jornada culminará con la entrega de un oficio a la presidenta Claudia Sheinbaum, en el que los líderes sindicales solicitarán reinstaurar el diálogo social permanente. A pesar de las dificultades, las organizaciones buscan reavivar la lucha por los derechos laborales en un contexto donde los desafíos siguen vigentes.