Por Redacción Contra Réplica

Soulfly: Todo se queda en familia

Tras la salida de Mike Leon, Max Cavalera sumó a su hijo Igor para tocar el sábado en la prefiesta del festival Nu Metal Revolution Vol. 2

En 1970, la final de la Copa del Mundo se jugó en México en el Estadio Azteca. La figura a apoyar, sin duda, era Pelé, quien condujo a la verdeamarelha a la gloria tras imponerse 4-1 ante la oncena italiana del goleador Gigi Riva.

La transmisión de este partido marcó para siempre a Max Cavalera, la voz del grupo brasileño Soulfly, la alineación que encabezará el próximo sábado la prefiesta oficial rumbo al festival Nu Metal Revolution Vol. 2 que se realizará en el Velódromo Olímpico. 

Siento que Brasil y México están muy conectados desde siempre. Con el pasar de los años, veo los videos del Mundial de 1970 y me emociona ver cómo todo el país apoyó a nuestros jugadores y al rey Pelé. También mis primeros shows por allá fueron una locura.

Recuerdo que hubo una firma de autógrafos en una tienda que duró ¡12 horas! Todos nos emborrachamos con tequila. Creo que, desde entonces, hay una conexión Brasil-Max Cavalera-México, que es muy especial”, compartió Max en entrevista con Excélsior.

El guitarrista, de 55 años, es pambolero de corazón y aficionado de Palmeiras y los Leones de Detroit en la NFL. Sin embargo, también tiene bastante gratitud por el actual Barcelona, equipo en el que milita su paisano Raphinha, fanático de los proyectos del propio Cavalera. Una camiseta firmada por el propio jugador puede corroborar tal hermandad.