La situación humanitaria en la Franja de Gaza sigue empeorando, pues el bloqueo impuesto por Israel ha forzado el cierre de los comedores comunitarios, dejando a cientos de miles de palestinos sin acceso a alimentos. El grupo internacional World Central Kitchen, que en las últimas semanas servía 133.000 comidas diarias y horneaba 80.000 panes, se ha visto obligado a suspender sus operaciones debido a la escasez de suministros y la casi total falta de comida en el enclave.
El bloqueo, que lleva en vigor más de dos meses, ha sumido a Gaza en una grave crisis alimentaria. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU informó que sus reservas de alimentos se agotaron en abril, lo que dejó a cientos de miles de palestinos sin una fuente de sustento esencial. A medida que el bloqueo se extiende, la desnutrición se vuelve cada vez más común, y los grupos humanitarios advierten que el territorio está al borde de la hambruna.
Las organizaciones de derechos humanos han calificado esta medida como una "táctica del hambre", pues no solo afecta a los civiles, sino que también pone en peligro la vida de miles de niños. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, más de 10.000 niños han sido tratados por desnutrición severa desde el inicio del año. En muchos de los centros de nutrición de Gaza, la actividad ha tenido que cesar debido a los bombardeos y al desplazamiento forzado de la población.
José Andrés, fundador de World Central Kitchen, denunció que los camiones cargados con alimentos y suministros están esperando en Egipto, Jordania e Israel, pero no pueden ingresar a Gaza sin el permiso de las autoridades israelíes. La organización hace un llamado urgente para permitir la entrada de ayuda humanitaria a la región, ya que las reservas se están agotando rápidamente.
El conflicto en Gaza, que ya lleva más de 19 meses, ha dejado devastadas tanto las infraestructuras como la vida de los habitantes de la región, quienes enfrentan un futuro incierto en medio de la continua escasez de alimentos y recursos básicos.