En la voz popular, la maternidad es una de las experiencias más bellas que puede suceder en la vida de una mujer. Todo parece color de rosa hasta que llega ese momento y se desatan las preguntas: ¿Eres una mamá real o un estereotipo de la mamá de fantasía?, ¿y qué pasa con tus otros roles sociales cuando te conviertes en madre?, ¿qué hay del dolor y la felicidad?
Todos estos temas y más son abordados en el monólogo de cabaret Mamá cool (era), protagonizado por Silvia Lomelí y escrito, dirigido y producido por Gis FloresMedrano. Esta última habló con Excélsior al respecto, en el marco del Día de la Madre y de la próxima presentación que tendrán este 10 de mayo en el Teatro Bar El Vicio.
Escribo este texto a partir de mi experiencia. Tengo una hija que va a cumplir 20 años y fue una necesidad muy genuina de poner en escena todas las situaciones por las que pasa una desde que concibe al chamaco hasta que lo pares y lo que sigue, porque nunca deja uno de ser mamá.
Obviamente saco a la luz cosas que siempre se ocultan en este querer romantizar y ahí es donde uso el sentido del humor para que empecemos a reescuchar mensajes que tienen que ver con la violencia del patriarcado que hemos mamado por mucho tiempo. Es por ahí”, expresó Gis FloresMedrano.
La dramaturga destacó que los tiempos son limitados al vivir cada etapa de la maternidad, por lo que la lucha por querer profesionalizarse en cada una, es complicado. Sin embargo, en su experiencia, pudo lograr desarrollarse también profesionalmente y muestra es esta obra.
Nunca dejas de ser mamá, aunque intentes tener ayuda en casa. Cada etapa es distinta, pero siempre cae uno en el ‘no tengo tiempo de hacer tal cosa a nivel profesional’, así que tuvieron que pasar dos décadas para que yo pudiera disponerme sólo a escribir.
Anteriormente lo que hacía es que sí fui una mamá dedicada al 200 por ciento a la casa, pero ahí mismo producía. Vengo de Costa Rica. Soy mexicana, pero estuve allá diez años y es donde produje desde casa más de 30 obras, aún con el tiempo limitado.
Amamantando a mi hija fue como me hice productora, porque tenía una computadora y tenía medios para configurar cosas; crear textos. En una segunda etapa, ya ibas corriendo al kínder, pero veías a un cliente para ver si patrocinaba una obra. Cada etapa hay que estársela jugando, aunque seas mamá de tiempo completo. Hay que buscar otras alternativas”, compartió.
FloresMedrano detalló que la obra aborda las exigencias sociales y los distintos roles femeninos que no sólo se enfocan en la maternidad cuando
sucede.
Además de ser madre, eres mujer, pareja, hija, nuera. ¿Cómo confrontas eso? Yo creo que primero siendo paciente para escucharse uno mismo. Culturalmente, aunque tenemos discursos feministas y hay un movimiento importante, seguimos creyendo muchas cosas que se nos inyectaron en el subconsciente y es ahí donde viene el caos personal.
En primera instancia, no puedes confrontar tantos mensajes del exterior en el momento en que tienes que asumir un montón de roles. Por eso es importante siempre estar retomando quién soy y escuchándose; comunicación abierta con la pareja. No hay que bajar la guardia para estarse, todo el tiempo, conociéndose, y tratar de rescatar lo que eres, además de ser mamá”, dijo.
La mamá fantasía es la primera que sale en escena y muestra el estereotipo de la mamá perfecta o de lo que ello signifique.
Esa mamá descubre que no tiene que ser así como lo dicen los otros y en esa primera escena mostramos a la mamá de Instagram, de la mamá del caldo, que, de alguna u otra forma, pasamos todas por ahí por lo que traemos inyectado. Sin embargo, terminamos con ese estereotipo para pasar a la real, la que nos dice ‘ya, vamos analizando esto, por dónde es que le estamos entrando a la maternidad, digan lo que digan’.
Ahí es donde se empieza a desarrollar la historia de cuántos tipos de mamás, cuántos juicios, cuántas percepciones tenemos de nosotras mismas y qué tanto estamos dispuestas a negarnos a nosotras mismas, con tal de salir adelante, solas o acompañadas”, concluyó.