Son las 10 de la mañana y la escena es común: una fila de amas de casa espera para comprar huevo en algún rincón popular de México. Entre ellas, un solo varón que, mientras espera su turno, no puede dejar de preguntarse: ¿por quién votar este 1º de junio? No se refiere sólo a diputaciones o presidencias municipales. La elección de este año marcará un precedente mundial: por primera vez, los cargos más altos del Poder Judicial serán elegidos por el voto ciudadano.
Ministras y ministros de la Suprema Corte, magistrados y magistradas, jueces y juezas de tribunales federales, todos estarán en las boletas. Es un cambio que ha estremecido al sistema político y judicial del país, provocando alarma en sectores conservadores que ven en esta reforma un riesgo para el equilibrio de poderes. Para otros, se trata de un avance promovido por la Cuarta Transformación (4T) que rompe con el elitismo judicial.
Actualmente, en la mayoría de las democracias del mundo, los integrantes del Poder Judicial son designados por el Ejecutivo y ratificados por el Legislativo. Sin embargo, México se encamina hacia un modelo inédito: seis boletas de distintos colores, en las que los electores deberán marcar hasta 38 nombres, respetando la paridad de género impuesta por la ley electoral. El Instituto Nacional Electoral (INE) habilitó la plataforma "Conóceles" (https://candidaturaspoderjudicial.ine.mx) para consultar los perfiles, aunque muchos han señalado la escasez de información en dicho sitio.
¿Cómo decidir ante tal abanico de opciones? Algunos votantes han optado por investigar de manera independiente, otros se han apoyado en colectivos especializados, notas periodísticas o conversaciones con personas de confianza. Un criterio común ha sido evitar a los candidatos propuestos por el actual Poder Judicial, en busca de una renovación real.
De los 99 millones de electores habilitados, apenas 6.1 millones han consultado la plataforma del INE, según datos oficiales. La baja participación anticipada podría traducirse en una representación limitada en una elección de impacto histórico no solo para México, sino para el mundo.
Este 1º de junio, México no solo decidirá quién gobierna desde el Ejecutivo o el Legislativo. Decidirá también quién juzga, quién imparte justicia y quién interpreta la ley en su nombre. Una oportunidad inédita, pero también un desafío para la ciudadanía, que debe informarse y participar activamente. Porque esta vez, el voto no solo cambia políticas. Cambia también el corazón de la justicia.
