En un intento por controlar el creciente volumen de paquetes que ingresan a la Unión Europea desde plataformas de comercio electrónico asiáticas, la Comisión Europea propuso imponer una tarifa fija de 2 euros por paquete enviado directamente al consumidor. La medida, anunciada por el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič, apunta a reforzar los controles aduaneros y aliviar la presión que enfrentan los minoristas europeos por la competencia de gigantes como Temu y Shein.
Según el borrador de la propuesta, los envíos dirigidos a domicilios particulares pagarían la tarifa completa, mientras que los que se despachen a almacenes pagarían 0,50 euros. Con 4.600 millones de artículos ingresando al mercado europeo cada año bajo este esquema, Bruselas considera urgente regular el fenómeno, tanto por razones logísticas como de seguridad de los productos.
Además de fortalecer la recaudación comunitaria, la iniciativa busca frenar el ingreso de mercancías no conformes o de baja calidad, y responder a los reclamos de comerciantes locales que acusan prácticas desleales por parte de estas plataformas extranjeras.
En paralelo, la UE intenta reactivar las negociaciones comerciales con Estados Unidos, estancadas desde la era Trump. Aunque ambas partes han comenzado a intercambiar propuestas formales, persisten las tensiones por aranceles, el comercio digital y las regulaciones europeas. El exmandatario Donald Trump ha amenazado con restablecer aranceles más agresivos si la UE no accede a un acuerdo favorable para Washington.
Con esta doble estrategia –controlar las importaciones desde Asia y reequilibrar la relación con EE.UU.– Bruselas intenta proteger su mercado interno sin cerrar la puerta al comercio global.