Este 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una fecha proclamada por la ONU en 2018 para recordar la importancia de estos polinizadores en la preservación de los ecosistemas, la producción agrícola y la seguridad alimentaria global. La efeméride coincide con el nacimiento de Anton Janša, pionero esloveno de la apicultura moderna.

Las abejas, responsables de la polinización de casi el 90% de las plantas con flores, enfrentan amenazas crecientes como el cambio climático, la pérdida de hábitat, el uso indiscriminado de pesticidas y prácticas agrícolas no sostenibles. Su declive podría tener consecuencias devastadoras para el equilibrio ecológico y la economía global.

Además de su función ecológica, las abejas tienen un impacto directo en la agricultura y la economía: según la FAO, más del 75% de los cultivos alimentarios dependen de la polinización, lo que influye en el rendimiento, calidad y diversidad de los alimentos. Incluso la producción ganadera se ve beneficiada indirectamente, al mejorar la calidad de los pastizales.

En Argentina, uno de los principales exportadores mundiales de miel, las abejas son también un motor económico. La riqueza geográfica del país permite una diversa producción de mieles artesanales, con propiedades terapéuticas y aplicaciones en la industria alimentaria y cosmética.

Más allá de la miel, las abejas generan otros productos valiosos como el polen, la jalea real, la cera y el propóleo, apreciados por sus beneficios nutricionales y medicinales.

Este día busca no solo rendir homenaje a estos insectos fundamentales, sino también fomentar prácticas agrícolas sostenibles y acciones concretas para su protección, desde gobiernos hasta ciudadanos comunes. Cuidar a las abejas es cuidar el futuro del planeta.