A dos décadas de haber interpretado por primera vez al Emcee en el musical Cabaret, Bruno Bichir regresa al escenario del Teatro de los Insurgentes para revivir este emblemático papel. Con 300 funciones acumuladas en esta nueva temporada, el actor mexicano celebra no solo el éxito del montaje, sino también el camino que lo llevó hasta ahí: una vida dedicada al arte, inspirada por su familia y guiada por una profunda conciencia social.
“Mis mayores maestros han sido mis padres, quienes además de ser actores, también fueron docentes. Todo lo que soy se los debo a ellos”, compartió en entrevista con Excélsior el actor, hijo del director Alejandro Bichir y la actriz Maricruz Nájera, y hermano de los también intérpretes Odiseo y Demian Bichir.
Bruno relató incluso una anécdota prenatal, cuando su madre actuaba en una comedia musical dirigida por Alfonso Arau mientras lo esperaba: “Todo tiene un sentido, todo cumple su destino”, dijo, convencido de que el teatro ha estado presente desde antes de su nacimiento.
Este regreso a Cabaret, ahora alternando funciones con Flavio Medina y bajo la dirección de Mauricio García Lozano, representa para Bichir un viaje profundo no solo en lo artístico, sino también en lo humano. “Quiero pensar que soy mejor actor y mejor persona. Hay más inspiración, más arte absorbido, más experiencias vividas. Todo eso construye un nuevo enfoque para abordar al personaje”.
El actor considera que esta nueva versión del musical, que también cuenta con las actuaciones de Lisset y Kika Edgar, cobra un sentido especial en el contexto mundial actual. “El mundo está convulso. Las derechas crecen con ventaja, como ocurrió en los años 30. Ver lo que sucede en Gaza, Estados Unidos o Argentina nos obliga a encender alertas. Y el teatro, como espejo social, permite hacerlo sin cambiar una sola línea del texto original”.
Durante una función reciente, mientras esperaba su entrada en escena, Bichir recordó con un técnico del teatro que hace 20 años habían realizado cerca de 500 funciones. “Ahora llevamos 300 más. Volver a este escenario, con funciones llenas y un año de temporada, es un regalo de la vida. Todo ha sido mágico con este montaje desde el inicio”.
Finalmente, el actor rememoró que durante dos décadas mencionó a su productor, Claudio Carrera, su deseo de volver al musical. “Le dije: ‘avísame’. Pasaron 20 años y me llamó: ‘¿qué pasa si entras a escena?’ Y yo: ‘cuando lleguen a 300 funciones, estaré ahí’. ¡Y se cumplió! Solo tengo agradecimiento y orgullo de formar parte de esta historia que sigue tocando corazones”.
