El cielo nocturno regalará este martes 10 de junio una de las postales más especiales del año: la conocida “Luna de Fresa”, que coincide con el final de la primavera en el hemisferio norte. Este fenómeno no solo es un deleite visual, sino que también posee un profundo simbolismo cultural y astronómico que la convierte en una de las lunas llenas más esperadas.

Aunque su nombre pueda sugerir un cambio en el color del satélite, en realidad se trata de una referencia a la temporada de recolección de fresas en algunas regiones de América del Norte. Para las comunidades agrícolas tradicionales, esta luna marcaba el inicio del periodo de cosecha de esta fruta, siendo además un símbolo del comienzo del clima cálido que caracteriza al verano.

Desde una perspectiva astronómica, lo que hace especial a esta luna llena es su baja posición en el cielo nocturno. Será la luna llena más cercana al horizonte en todo el año, debido a la inclinación de la órbita lunar con respecto al plano de la Tierra. Esta característica provoca que se perciba más grande y más dorada durante su salida, generando un efecto visual especialmente llamativo al anochecer.

El momento ideal para observarla será la noche del martes, justo cuando la Luna comience a elevarse en el cielo. Desde cualquier punto del hemisferio norte será visible a simple vista, siempre y cuando el clima lo permita. Así, la “Luna de Fresa” no solo cerrará la estación con una imagen inolvidable, sino que anticipará el inicio de los días largos y calurosos del verano.