En una acción coordinada con el gobierno de Colombia, México ha intensificado la revisión migratoria y ha impedido el ingreso de 69 ciudadanos colombianos en lo que va de las últimas semanas. Algunas de estas personas habrían confesado haber sido reclutadas por organizaciones criminales con operaciones en territorio mexicano.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, informó que las entrevistas realizadas a su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México revelaron que varios de los rechazados admitieron tener vínculos con cárteles como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, ambos considerados por Estados Unidos como organizaciones terroristas extranjeras.
Esta decisión se produce tras la detención en Michoacán de doce colombianos, nueve de ellos con formación militar, relacionados con un ataque en el que murieron seis elementos de la Guardia Nacional. Las autoridades no han confirmado si estos individuos tienen lazos con grupos armados de su país, pero reconocen su capacitación táctica y el riesgo que representa su participación en redes delictivas mexicanas.
México y Colombia han establecido un mecanismo de intercambio de información para detectar y prevenir el ingreso de personas ligadas al crimen organizado. Con ello, el gobierno mexicano busca frenar la infiltración de células extranjeras en sus estructuras criminales, mientras refuerza los controles en puntos estratégicos como el aeropuerto capitalino.
