El Senado de Estados Unidos dio un paso decisivo al publicar el texto de conciliación del proyecto de ley de reconciliación presupuestaria, impulsado por legisladores republicanos. Dentro de las medidas más controvertidas se encuentra la imposición de un gravamen del 3.5% a las transferencias de dinero al extranjero, un impuesto que deberá ser asumido por quienes envían las remesas. El documento también define exclusiones para transferencias con tarjetas de crédito o débito, buscando ajustar el impacto de la medida.

Aunque algunos senadores, como Eric Schmitt de Misuri, propusieron elevar la tasa hasta un 15%, el texto definitivo mantiene el porcentaje inicial en 3.5%. Además, se incluye un crédito fiscal para personas con número de Seguro Social, beneficio que podría alcanzar a residentes legales en el país. Se proyecta que el impuesto entre en vigor el 31 de diciembre de 2025, generando incertidumbre en comunidades que dependen de estas remesas para el sustento familiar.

El paquete legislativo también contempla la preservación de recortes fiscales vigentes desde 2017, además de nuevos ajustes que favorecen a ciertos sectores y recortes al programa Medicaid para personas vulnerables. Los republicanos buscan aprobar rápidamente esta ley antes del 4 de julio, para luego enviarla a la Cámara de Representantes y concretar su aprobación final, en un proceso que tendrá impacto directo en millones de familias migrantes en Estados Unidos.