A diez días del terremoto que sacudió con fuerza el oriente de Cundinamarca, el municipio de Paratebueno aún enfrenta múltiples desafíos derivados del movimiento telúrico. El evento sísmico, de magnitud 6,3 y con una profundidad de aproximadamente 9 kilómetros, dejó a su paso viviendas dañadas, caminos rurales bloqueados y servicios interrumpidos, lo que ha prolongado la emergencia local.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y autoridades departamentales han mantenido presencia constante en la zona, con brigadas técnicas que evalúan los daños estructurales en inmuebles y escuelas. Al menos seis centros educativos requieren atención urgente, y más de 250 viviendas presentan afectaciones parciales o totales, según los primeros reportes.

En materia de movilidad, persisten cierres en caminos terciarios y carreteras comunales, obstaculizando la circulación de alimentos y asistencia médica a las veredas. Los deslizamientos y derrumbes provocados por el sismo, sumados a las lluvias recientes, han complicado aún más las labores de limpieza y acceso a zonas aisladas.

Ante este panorama, el gobierno nacional anunció recursos adicionales para obras de estabilización de terrenos y mejoramiento de infraestructura comunitaria. Asimismo, se contempla la implementación de programas de capacitación sísmica en escuelas y comunidades rurales, con el objetivo de fortalecer la cultura de prevención y reducir la vulnerabilidad en futuras emergencias.