La madrugada de este jueves, el huracán Erick tocó tierra en el estado de Oaxaca con categoría 1, dejando a su paso lluvias torrenciales, cortes de energía eléctrica y afectaciones materiales en distintas comunidades costeras. Aunque el fenómeno perdió fuerza tras su ingreso al territorio mexicano, continúa generando preocupación por los riesgos asociados a inundaciones y deslaves.
En municipios como Puerto Escondido, se reportaron daños visibles: calles anegadas, anuncios caídos y árboles derribados por los fuertes vientos. La interrupción de los servicios de electricidad y telecomunicaciones ha complicado las labores de comunicación y rescate en algunas zonas, mientras habitantes y cuerpos de emergencia trabajan en la remoción de escombros.
La presidenta Claudia Sheinbaum agradeció a la ciudadanía por mantenerse atenta a las recomendaciones y confirmó que se mantiene la coordinación con las fuerzas armadas para evaluar el impacto real del meteoro. Desde la mañana, personal militar participa en labores de limpieza y en el resguardo de las zonas más afectadas.
Con más de dos mil refugios habilitados y clases suspendidas en varias regiones, las autoridades estatales y federales buscan prevenir mayores consecuencias ante la persistencia de lluvias. La experiencia reciente con otros fenómenos meteorológicos ha impulsado una respuesta anticipada que, hasta el momento, ha evitado pérdidas humanas, aunque los daños materiales aún están en proceso de evaluación.