El sistema penitenciario de Teherán reportó daños estructurales en la prisión de Evin tras un bombardeo atribuido a las fuerzas armadas de Israel. La agresión aérea, llevada a cabo la madrugada de este lunes, forma parte de una ofensiva más amplia en territorio iraní que ha intensificado las tensiones en la región.

Funcionarios judiciales confirmaron que algunos sectores del penal resultaron afectados por el impacto de proyectiles, aunque informaron que la situación permanece bajo control. La prisión de Evin es reconocida por albergar a opositores políticos, activistas y ciudadanos extranjeros detenidos, lo que convierte su ataque en un hecho de fuerte carga simbólica y política.

Desde Tel Aviv, el ministro de Defensa israelí declaró que las acciones militares apuntan a centros clave del aparato de seguridad iraní, incluyendo la Guardia Revolucionaria y la milicia Basij. El funcionario justificó el ataque como parte de un esfuerzo para desmantelar estructuras que, según dijo, oprimen a la población iraní y sostienen al régimen actual.

Mientras tanto, las operaciones militares han escalado. Washington se sumó a los ataques con bombardeos dirigidos a sitios nucleares estratégicos, alimentando especulaciones sobre un intento coordinado para desestabilizar el gobierno iraní. En medio de este clima, crecen las interrogantes sobre las consecuencias geopolíticas de una ofensiva que ha superado las fronteras de la disuasión militar tradicional.