La entrada oficial de Tesla al mercado del transporte autónomo inició el pasado domingo 22 de junio en Austin, Texas, donde un grupo reducido de robotaxis comenzó a operar de forma controlada. Estos vehículos, completamente autónomos, fueron asignados a personas previamente seleccionadas, marcando un primer paso público en la estrategia de la compañía hacia el desarrollo de autos sin conductor.
Pese al entusiasmo que ha generado esta nueva fase, los vehículos no corresponden aún a la visión futurista de los llamados Cybercab, anunciados por Elon Musk como autos sin volantes ni pedales. En esta etapa inicial, Tesla mantiene la operación bajo límites específicos y conforme a las regulaciones locales, con un número acotado de trayectos y usuarios.
Sin embargo, en menos de tres días de funcionamiento, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) abrió una investigación preliminar sobre el desempeño de los robotaxis. El organismo busca determinar si el comportamiento irregular reportado en algunos casos podría representar un riesgo para la seguridad vial.
Aunque las indagatorias aún están en etapa temprana, la NHTSA advirtió que tomará medidas si se confirma algún tipo de amenaza para pasajeros, peatones u otros vehículos. Tesla, por su parte, no ha emitido declaraciones oficiales al respecto, mientras se mantiene bajo la lupa de las autoridades federales en este nuevo experimento de movilidad autónoma.