¿Es justo que las mujeres vivan día a día con el temor de salir a las calles y ser el objetivo del acoso y palabras obscenas de los “varones”? ¿Es justo que una niña que aún vive su inocente infancia, sepa lo que es ver a una persona del sexo opuesto con angustia?
Temor, ansiedad, pánico y miedo, es lo que día a día, las mujeres de todas edades viven en las calles, acosadas por el machismo que día a día es “normalizado”, y si ellas se atreven a levantar la voz para manifestar su incomodidad, son tiradas a locas. ¿Es justo eso?
¿Quién está más loco? ¿Quién se creen los “varones” para juzgar los sentimientos de las mujeres? ¿Por qué ellos normalizan los “piropos” y no se ponen a pensar en que ellos están reaccionando por instinto y no por pensar?
En lo personal, padecí un evidente acoso e intentona de abuso de un impresentable que acumula decenas de acusaciones y denuncias formales. En aquel entonces no creí que me hubiese salvado de un intento de abuso sexual. Sólo pensé que el personajito en cuestión (con un ego desbordado) se sentía irresistible y estaba brutalmente confundido. No me vi como víctima ni a él como victimario.
Quienes nos encontramos del lado de la difusión tenemos que dejar de normalizar la violencia de género. En la mayoría de los casos, sin ninguna intención y como simple bagaje cultural, desde los medios volvemos a violentar sin cesar a las mujeres.
En lugar de perder el tiempo y la discusión entre absurdos de ellas, ellos y elles, debemos replantearnos la cobertura mediática de la violencia.
¿Cuándo desde los medios de comunicación revictimizamos a la mujer? Cuando difundimos su identidad o los detalles del feminicidio o crimen, cuando exhibimos aspectos de la vida privada, cuando cuestionamos si iba sola o acompañada o si consumió alcohol o estupefacientes.
Los comunicadores y periodistas venimos con cargas, prejuicios y con valoraciones de género. Se requiere adiestramiento y talleres para entender la violencia de género en los medios masivos de comunicación.
Del lado de la audiencia también se requiere educación e investigación, dejar de consumir publicaciones y —sobre todo— dejar de difundir en redes sociales información que atenta contra la dignidad de las víctimas.
Este año, el promedio diario de homicidios es de 73 casos diarios. La cifra anualizada ya rebasa los 18 mil casos. Ello impacta en más de 1.5% del PIB.
En el caso de violencia de género es peor. A nivel mundial, 30% de las mujeres es víctima de violencia física, sexual o psicológica. En México, rebasa 70% de las mujeres.
En estados como Zacatecas, Estado de México o Guanajuato casi 90% de la población vive con miedo.
¿Será que somos nosotros quienes necesitamos un plan pacificador? ¡Tantita autocrítica!