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El Mirador
Redacción

La realidad de la lucha por el aborto seguro

Mucho se “sataniza” el aborto y la lucha que cientos de mexicanos y mexicanas hacen día a día por conseguir que se convierta en realidad ese derecho, pero creo que gran parte de la ciudadanía no sabe ni conoce el concepto de lo que en verdad se busca con esta lucha, y solo hablan por “encimita” sin conocer el trasfondo de todo.

 

¿Qué se busca?

Evitar más niños abandonados, erradicar la pobreza, bajar las cifras de suicidio, violencia intrafamiliar, etc.

 

Y, ¿Por qué?

¿Qué desencadena el abandono de menores, el trabajo infantil, casas hogares llenas de niños con problemas psicológicos? Simple: Un embarazo no deseado, producto de una violación, hijos de niñas que no saben ni lo que quieren para sus vidas y que por circunstancias de la vida que ellas no pidieron, ahora cargan con la responsabilidad de guiar otra vida más por este mundo cruel y despiadado que les ha tocado.

 

¿Es justo? ¡NOOOO!

Para nada es justo, para nada es vida, para nada es digno.

 

Ahora, ¿Qué desencadena no tener el derecho a un aborto seguro?

Muchísimas cosas, pero uno que es privilegiado, que tiene el apoyo de su familia, amigos más cercanos, una economía digna para enfrentar un “se me chispoteó”, y sacar adelante una bendición, sí podemos juzgar y señalar como “asesina” a una mujer, a una niña, a una persona sin privilegios y que tiene que joderse más de lo que está para salir adelante, que tal vez ni la primaria tiene porque las circunstancias de la vida las orilló a dejar la escuela para cuidar a los hermanos, apoyar en la economía familiar y con lo poco que hay, tener una sola comida en todo el día, que es abusada por el tío, el primo, el vecino que en su “cabeza machista” no pudo controlar sus instintos animales y le arruinó más la vida, porque la niña de 15 años ahora tiene que pagar las consecuencias de las aberraciones de un “adulto coherente” y partirse aún más el lomo para sacar adelante a otra boca más.

 

Y, ¿Qué más pasa?

Uf, pues muchas cosas más, otro niño con problemáticas sociales, que en un futuro señalarán por “no crecer con amor” y estará en las filas de alguna organización criminal, delinquiendo para “sobrevivir”, aquel vaguito que ya le dio baje a los cristales de tu auto que con mucho esfuerzo compraste, aquel teporochito que anda vagando por las calles pidiendo una moneda para conseguir la droga que le adormece los recuerdos; esa muchachita que cayó en el mismo círculo vicioso de ser la víctima de las circunstancias que es lo único que conoce, y que ahí va otra vez el ciclo nocivo de la vida…

Hay que ver objetivamente, pues al tener el derecho al aborto seguro, también estamos ahorrándonos dinero en otras cosas como en programas sociales, pues ya no habría tantas madres solteras a las cuales tendría que apoyar el gobierno con “becas de ayuda”, no tendrías que quejarte de que se gasta el dinero en apoyar “ninis”…. Bla bla bla…

¿Qué nos beneficiaría ahorrar en ese tipo de cosas?

Pues bueno, podrías dejar de quejarte por que las calles no están pavimentadas, disfrutarías de servicios de salud de calidad, ya no habría recortes en temas de educación… ahora sí, se podría destinar el recurso en el crecimiento y dejar de ser un país tercermundista. ¿No estaría mejor?

Ahora después de todo esto, si la moral sigue siendo el estandarte de su vida, lo invito querido lector, apoye a cada niño que encuentra en las calles pidiendo una moneda para sobrevivir, ayude al hombre que no sabe ni qué hacer con su vida, de trabajo a madres solteras y no cuestione si siempre anda con su criatura para todos lados; y si de plano no hace eso, continúe hipócritamente asistiendo a la iglesia como cada domingo a darse golpes de pecho, duerma tranquilamente, y deje de quejarse porque el país no sale del hoyo.