El bombardeo ocurrió poco después del discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Asamblea General de la ONU, donde aseguró que "Israel debe derrotar a Hezbollah".

El vocero del Ejército israelí, Daniel Hagari, informó que el ataque fue dirigido contra instalaciones de Hezbollah construidas bajo edificios residenciales, acusando al grupo de usar a los civiles como "escudos humanos". La organización libanesa confirmó que seis edificios fueron reducidos a escombros, pero aseguró que su líder, Hassan Nasrallah, está a salvo.

Este ataque es parte de una escalada de enfrentamientos que, según el Ministerio de Salud Pública libanés, ha dejado más de 700 muertos y 153 heridos en los últimos tres días, obligando a 77,100 personas a desplazarse. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también anunciaron la interceptación de un misil de largo alcance lanzado desde Yemen, en lo que es el segundo ataque de este tipo en una semana.

Con información de Infobae.