El aeropuerto de Brindisi, en Italia, se convirtió en escenario de una situación alarmante el pasado 3 de octubre de 2024, cuando un Boeing 737 operado por Ryanair comenzó a incendiarse mientras se preparaba para su vuelo hacia Turín. A medida que la aeronave rodaba por la pista, el motor izquierdo emitió humo y, posteriormente, se encendió en llamas, lo que llevó a la tripulación a tomar la decisión inmediata de evacuar a todos los pasajeros.
Los 184 ocupantes del vuelo, que estaban listos para despegar, fueron instruidos para utilizar los toboganes de emergencia y abandonar la aeronave de forma rápida y ordenada. En un comunicado oficial, Ryanair confirmó que, gracias a la pronta reacción de la tripulación, no se reportaron heridos entre los pasajeros.
Una vez evacuados, los pasajeros fueron trasladados de regreso a la terminal en autobús, donde recibieron atención y apoyo. En redes sociales, comenzaron a circular imágenes y videos del dramático suceso, mostrando las llamas que consumían el motor y a los pasajeros descendiendo por los toboganes inflables.
Ryanair informó que había un avión de repuesto listo para llevar a los pasajeros a su destino original, minimizando así las interrupciones en sus planes de viaje. La aerolínea subrayó que la seguridad de los pasajeros y la tripulación es su prioridad número uno, y que se está llevando a cabo una investigación para determinar las causas del incendio. Este incidente resalta la importancia de las medidas de seguridad en la aviación y la capacidad de la tripulación para manejar situaciones de emergencia de manera efectiva.