Este movimiento se produce un día después de que Beijing llevara a cabo ejercicios militares con fuego real cerca de la isla, mientras que Japón y Estados Unidos iniciaron importantes maniobras militares conjuntas en respuesta a la creciente actividad militar china.
El ministro de Defensa taiwanés, Wellington Koo, informó a los periodistas que una flota de la Marina de China, liderada por el portaviones Liaoning, está navegando hacia el norte, por el lado oeste de la línea mediana, una frontera no oficial entre Taiwán y China. Koo advirtió que cualquier intento de bloqueo de la isla por parte de China sería considerado un “acto de guerra”, enfatizando la seriedad de la situación.
El Liaoning, el portaviones más antiguo de China, parece dirigirse hacia el puerto de Qingdao para reabastecimiento y mantenimiento, según el investigador Jiang Hsin-biao. Este tránsito ocurre tras ejercicios militares extensos realizados por el ejército chino, que incluyeron el despliegue de un récord de 153 aeronaves y la utilización de su Guardia Costera para rodear Taiwán, lo que Beijing describe como un “aviso firme” contra cualquier movimiento separatista de la isla.
Expertos militares han advertido sobre un posible aumento de la volatilidad en el Estrecho de Taiwán. Un informe del Consejo de Asuntos Continentales de Taiwán mencionó que China podría utilizar sus portaviones para implementar una estrategia de “anti-acceso/negación de área” (A2/AD), limitando así el acceso a la isla y bloqueando cualquier asistencia internacional. La situación se vuelve aún más compleja a medida que Beijing continúa intensificando sus actividades militares, lo que podría llevar a un mayor desbalance en la región.
Koo destacó que un bloqueo real tendría consecuencias devastadoras para el comercio global, afectando el tráfico marítimo, que representó una quinta parte del comercio mundial en 2022, según el Center for Strategic and International Studies (CSIS). El ministro alertó que “si el Partido Comunista chino lleva a cabo un bloqueo conforme al derecho internacional, eso impactaría gravemente en la economía global”.
La tensión actual también refleja un patrón creciente en la estrategia militar de China. Recientemente, el presidente chino, Xi Jinping, ha enfatizado la importancia de la "reunificación" con Taiwán, lo que ha llevado a un aumento en la militarización de las áreas circundantes. Beijing ha desplegado recursos significativos, incluyendo barcos y aviones, en ejercicios que muchos analistas consideran una demostración de fuerza.
Las tensiones entre China y Taiwán se remontan a 1949, cuando los nacionalistas de Chiang Kai-shek huyeron a la isla tras ser derrotados por los comunistas de Mao Zedong. Desde entonces, Beijing ha considerado a Taiwán como una provincia rebelde, mientras que la isla ha desarrollado su propia identidad democrática, resistiendo los intentos de reunificación de China. Este conflicto histórico ha sido alimentado por el aumento de la influencia de Estados Unidos en la región, así como por el apoyo a Taiwán en su defensa ante posibles agresiones.
Mientras tanto, Japón y Estados Unidos han intensificado su cooperación militar. Este miércoles comenzaron las maniobras Keen Sword, que involucran aproximadamente 45,000 efectivos, junto con fuerzas australianas y canadienses. El general Yoshihide Yoshida de las Fuerzas de Autodefensa japonesas enfatizó la urgencia de prepararse ante la creciente actividad militar de China, subrayando que no se puede descartar la posibilidad de una situación grave en la región.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación estos desarrollos, temiendo que un error de cálculo o una escalada en las tensiones pueda desatar un conflicto más amplio en una región ya de por sí tensa. La situación en el Estrecho de Taiwán no solo es un punto crítico en la relación entre China y Taiwán, sino que también tiene implicaciones significativas para la estabilidad y la seguridad global.
Con información de Infobae.