Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) expresaron este miércoles su preocupación ante lo que califican como un posible retroceso en materia de derechos humanos durante el segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Las organizaciones temen que se repitan y exacerben políticas y conductas que consideran abusivas, basadas en intolerancia y xenofobia, según señalaron en declaraciones recientes.
Paul O'Brien, director ejecutivo de Amnistía en Estados Unidos, advirtió que el primer mandato de Trump estuvo marcado por "retórica supremacista blanca" y políticas que contribuyeron a "extensas violaciones de derechos humanos". Subrayó que, en esta nueva administración, es crucial que Trump y los funcionarios electos respeten las obligaciones internacionales en derechos humanos, incluidas en los tratados firmados y ratificados por el país. AI destaca entre sus prioridades para el nuevo periodo el cese de la violencia armada y el acceso garantizado a servicios de salud, que incluya el derecho al aborto.
La protección de los derechos de los migrantes y solicitantes de asilo también fue un punto enfatizado por AI, que insta a que no se repitan situaciones de separación familiar en la frontera con México, como ocurrió durante el mandato previo. Además, la organización solicita que Estados Unidos tome una postura firme en exigir a sus aliados internacionales, como Israel, que respeten los derechos humanos y no permitan abusos, como en la situación actual en la Franja de Gaza.
Por su parte, Tirana Hasan, directora ejecutiva de HRW, subrayó la importancia de que las instituciones independientes y grupos civiles en Estados Unidos presionen para que la Administración Trump "rinda cuentas por los abusos". Entre las preocupaciones de HRW se encuentran las políticas migratorias que podrían conducir a detenciones masivas y deportaciones a gran escala, medidas que HRW considera que aumentarían la violencia institucional y los actos de xenofobia.
HRW también criticó los comentarios de Trump en los que difundió rumores sin fundamento sobre migrantes haitianos en Ohio. La organización considera que declaraciones de este tipo avivan tensiones raciales y refuerzan actitudes discriminatorias, impactando negativamente en comunidades vulnerables.
Ambas ONG resaltan la necesidad de que las acciones gubernamentales en derechos humanos se ajusten a estándares internacionales, buscando proteger tanto a residentes como a migrantes en el país. Amnistía y HRW coinciden en que el monitoreo activo y la presión de la sociedad civil serán cruciales para contener posibles abusos en los próximos años.
Con información de Proceso.