Monseñor Carlos Herrera, obispo de la Diócesis de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, fue desterrado a Guatemala tras criticar a las autoridades locales, según reportó el medio Mosaico CSI. La expulsión del obispo ocurrió después de que este calificara de “sacrílego” el acto de reproducir música a alto volumen frente a la Catedral San Juan Bautista durante una misa el 10 de noviembre, una medida atribuida al alcalde Leónidas Centeno, aliado del régimen de Daniel Ortega.
Durante su sermón, Herrera instó a los fieles a "pedir perdón a Dios" en medio de la interferencia sonora que coincidía con la ceremonia religiosa. Poco después, tras una reunión en la sede de la Conferencia Episcopal en Managua, el obispo fue detenido y trasladado fuera del país, encontrándose ahora en una residencia de la Orden de Frailes Menores en Guatemala.
Este destierro se suma a la alarmante cifra de 245 religiosos que han abandonado Nicaragua desde 2018, como parte de una ola de persecución sistemática contra la iglesia católica impulsada por el régimen de Ortega y Rosario Murillo. La investigadora Martha Patricia Molina, en un informe sobre la represión religiosa, destacó que entre 2018 y 2024, el gobierno nicaragüense ha perpetrado 879 ataques contra la iglesia, prohibiendo además miles de procesiones y cancelando más de 9,600 eventos religiosos.
Además del destierro de líderes religiosos, el régimen ha cerrado y confiscado varias estaciones de radio y televisión de las diócesis católicas, intensificando el control sobre el flujo de información en el país. Un representante anónimo de la iglesia comentó a Mosaico CSI que “la situación es crítica, pues se limita la libertad de expresión y religión”, afectando tanto a los líderes eclesiásticos como a la población en general.
La expulsión de Monseñor Herrera marca un incremento en las tensiones entre la iglesia y el gobierno nicaragüense. Este acto, considerado como un intento de silenciar a voces críticas, ha despertado preocupación en la comunidad internacional, que ha comenzado a denunciar con más fuerza las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.
Con información de Infobae.