A partir del 1 de enero de 2025, todas las botellas fabricadas con tereftalato de polietileno (PET) deberán contener al menos un 25% de plástico reciclado. Esta nueva medida, que entra en vigor a principios de este año, busca transformar la industria del plástico, promoviendo una mayor sostenibilidad y reduciendo el impacto ambiental del consumo masivo de este material.
La iniciativa forma parte de un esfuerzo global para reducir los desechos plásticos y fomentar la economía circular. Con este cambio, se espera que las empresas fabricantes de productos envasados en PET adopten prácticas más ecológicas, incorporando materiales reciclados en sus procesos de producción. Este tipo de regulación tiene como objetivo no solo disminuir la cantidad de plásticos de un solo uso, sino también impulsar el reciclaje y la reutilización de materiales.
Los beneficios de esta medida son múltiples: por un lado, se reduce la dependencia de plásticos nuevos, lo que disminuye la contaminación ambiental, y por otro, se fortalece el mercado del reciclaje, generando empleo y desarrollando una infraestructura más robusta para la recolección y transformación de desechos.
Además, esta nueva normativa también impulsa a las empresas a ser más transparentes con sus prácticas medioambientales, dando a los consumidores la oportunidad de elegir productos que contribuyan a la sostenibilidad del planeta. De esta forma, las compañías deberán ajustarse a los estándares establecidos para evitar sanciones o limitaciones en su producción.
El 25% de plástico reciclado será solo el primer paso hacia un futuro en el que se busca reducir el uso de plásticos vírgenes y mejorar la calidad del reciclaje global, lo que marcará un cambio significativo en la industria del plástico y en la forma en que los consumidores interactúan con los envases.