Después de más de 2 mil años oculto bajo capas de rocas volcánicas y ceniza, un descubrimiento histórico ha deslumbrado a la comunidad arqueológica: un suntuoso baño privado en la antigua ciudad romana de Pompeya.
Este hallazgo podría ser el mayor complejo de baños jamás encontrado en la ciudad, con habitaciones calientes, templadas y frías, impresionantes obras de arte y una enorme piscina que revela el lujo y la sofisticación de la élite pompeyana.
El baño privado se encuentra en el centro de una gran residencia, que fue desenterrada en los últimos dos años durante una de las excavaciones más grandes realizadas en Pompeya.
Hallazgo del siglo en las ruinas de Pompeya
Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, comenta que los espacios descubiertos parecen casi intactos, como si las personas hubieran abandonado el lugar recientemente.
"Son estos espacios los que realmente hacen parte del efecto Pompeya, parece que la gente se hubiera ido del lugar hace apenas un minuto", explica Zuchtriegel.
La nueva excavación está ofreciendo una visión invaluable de la vida romana, revelando detalles sobre la estructura de las viviendas, el lujo de los baños privados y, por supuesto, los trágicos momentos vividos por los habitantes de Pompeya durante la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C.
El complejo de baños se encuentra en una gran mansión que incluye una lavandería, una panadería y, al parecer, todo pertenecía a una persona adinerada, probablemente Aulus Rustius Verus, un político influyente de Pompeya.
El hallazgo de un baño privado dentro de esta residencia refuerza la idea de que esta era una casa de élite.
El baño privado está compuesto por varias habitaciones con diferentes temperaturas.
Primero, los visitantes pasaban por un vestuario con paredes de un rojo vibrante y un suelo de mosaicos de mármol, donde se desvestían antes de comenzar su ritual.
Luego se adentraban en una sala caliente con un suelo colgante que permitía que el aire caliente circulara por debajo, creando una sauna rudimentaria.
Después pasaban a la sala templada, pintada con colores vivos, donde se frotaban con aceite antes de rasparse la piel con un instrumento curvo llamado estrígil.
La sala más impresionante de todas es el frigidarium o habitación fría. Este espacio cuenta con una enorme piscina rodeada de columnas rojas y frescos de atletas. La piscina es lo suficientemente grande como para que entre 20 a 30 personas puedan bañarse y refrescarse.