El Padre Guilherme Guimaraes Peixoto ha logrado un notable equilibrio entre su vocación sacerdotal y su pasión por la música electrónica. Originario del municipio de Guimaraes, en Portugal, este sacerdote católico se ha hecho famoso no solo por su devoción religiosa, sino también por ser DJ en algunos de los clubes más importantes de Portugal, así como en eventos internacionales. A pesar de su formación religiosa, el Padre Guilherme ha logrado mezclar lo sagrado con lo secular, llevando su mensaje de tolerancia y paz a través de sus presentaciones.
La devoción del Padre Guilherme a la iglesia comenzó de una manera muy especial. Al nacer, los médicos le dieron pocas posibilidades de vida, lo que llevó a su madre a prometer que, si su hijo sobrevivía, lo ofrecería a Dios para predicar su palabra. En 1999, el Padre Guilherme cumplió esa promesa al ser ordenado sacerdote. Sin embargo, su pasión por la música no surgió hasta años más tarde, cuando, debido a dificultades económicas, comenzó a organizar fiestas en su parroquia. Durante uno de estos eventos, se dio cuenta de que el karaoke no era suficiente para animar a los jóvenes, por lo que decidió poner música de bandas como Guns N' Roses, AC/DC y Rammstein, algo sorprendente en un ambiente religioso.
Con el tiempo, el Padre Guilherme tomó clases de DJ y empezó a combinar su amor por la música electrónica con su vocación. Su estilo se caracteriza por fusionar géneros como el Techno melódico con elementos de la música católica tradicional. En sus presentaciones, busca transmitir mensajes de paz, tolerancia y unidad, valores fundamentales tanto en la religión como en la música. Como él mismo lo expresó en una entrevista: "La música es un vehículo muy potente para transmitir mensajes de paz, de tolerancia, contra la xenofobia y la discriminación. En la pista todos somos iguales".
A lo largo de su carrera, el Padre Guilherme ha tocado en varios lugares emblemáticos de Portugal y ha participado en eventos internacionales, con la meta de llegar algún día a la famosa isla de Ibiza. Para él, la música no es solo una pasión personal, sino también una herramienta para conectar con los jóvenes y llevarles un mensaje positivo, trascendiendo fronteras religiosas y culturales.