El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que prohíbe a las mujeres trans participar en competencias deportivas femeninas. Esta decisión, una de las promesas de su campaña electoral, ha generado una ola de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y defensores de la comunidad transgénero, quienes la consideran discriminatoria y excluyente.
La nueva normativa forma parte de una serie de medidas que Trump ha implementado desde su salida de la Casa Blanca. A principios de febrero, firmó un decreto que prohíbe los procedimientos de reasignación de sexo en menores de 19 años, especialmente aquellos que involucran intervenciones quirúrgicas y químicas. Además, el expresidente había suspendido la participación de personas transgénero en las Fuerzas Armadas y eliminado los programas federales de diversidad, equidad e inclusión.
En un paso más allá, Trump ha ordenado que se rechacen las solicitudes de visado de hombres que intenten ingresar a Estados Unidos para competir en deportes femeninos, con el argumento de que algunas personas podrían intentar engañar al sistema y aprovecharse de la política. La decisión ha encendido nuevamente el debate sobre los derechos de las personas trans en el ámbito deportivo y la sociedad en general.
Activistas y expertos en derechos humanos aseguran que estas políticas afectan negativamente a la comunidad trans y exacerban la discriminación hacia aquellos que ya enfrentan numerosas barreras para integrarse plenamente en la sociedad.