La escritora y dramaturga irlandesa Jennifer Johnston ha fallecido a los 95 años, según informó su familia este miércoles. Conocida por obras como ¿Cuántas millas a Babilonia? y El hombre de la estación, Johnston dejó un profundo legado literario que aborda temas como la identidad, el conflicto norirlandés y las complejas relaciones entre católicos y protestantes, así como entre irlandeses y británicos.
Nacida en Dublín, Johnston publicó su primera novela a los 42 años, comenzando a escribir como una forma de escapar de lo que describió como “la trampa de la vida doméstica y el aislamiento”. A lo largo de su carrera, exploró las tensiones personales y políticas que marcaron la historia de Irlanda en el siglo XX. Su obra, ampliamente reconocida, abarcó también el estudio de las relaciones familiares y las conexiones personales en medio de los conflictos de su tiempo.
Su hijo, Patrick Smyth, recordó a su madre como una figura fundamental en la literatura irlandesa y destacó su capacidad para mezclar cuestiones políticas y personales en sus trabajos. En 1977, Johnston fue finalista del prestigioso Premio Booker con su novela Sombras en nuestra piel, y dos años después ganó el Whitbread de Ficción con La vieja broma.
El presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, rindió homenaje a Johnston, celebrando su contribución literaria al afirmar que su obra ofreció un examen profundo de las limitaciones de la identidad, la familia y las relaciones personales durante los turbulentos eventos de la historia irlandesa del siglo XX.
Por su parte, el escritor Dermot Bolger también destacó la importancia de Johnston en la literatura contemporánea, describiéndola como una de las "grandes autoras modernas" de su tiempo. Reconoció su habilidad para explorar los conflictos internos de las relaciones familiares y las dificultades que enfrentan las mujeres al pasar de la niñez a la vida adulta.
Jennifer Johnston será recordada no solo por su talento literario, sino también por su capacidad para reflejar las luchas y aspiraciones humanas en una Irlanda marcada por la división y el cambio.